sábado, marzo 10, 2007

...agua fresca...

...siempre me he considerado absolutamente monógamo y fiel en muchos aspectos de mi vida, siendo uno de esos aspectos el uso de perfumes y aromas…al igual que el personaje principal de Como Agua para Chocolate, crecí entre los vericuetos de la cocina, y sus aromas, tanto de mi casa como de la casa de los muchos parientes de mi familia, entre los corredores del campo y sus jardines y huertos, plagados de olores diversos y texturas varias durante todo el año…

…el olor a caballos, a mar, a tomate recién cortado, a esencia de limón, a tierra húmeda, a pasto cortado, a madera mojada bajo el sol, a té Early Grey, a bergamota, a chocolate caliente en invierno, a frutas frescas en verano, a mermeladas de berries y damascos, a pino y lluvia, a crema de manos (de la Granny), a tabaco y perfume caro (típico de mi madre), a agüita y jabón (típico de mi padre y mi abuelo), a cuero y tabaco (de mi tío más querido, y de quien herede el amor por el cigarro), a piel bajo el sol…son los aromas que me han acompañado desde mi nacimiento…y no solo los huelo, también los puedo saborear y fantasear con ellos…

…por lo mismo, me gustan los buenos perfumes, pero no los aplico muy seguido porque me aburren con facilidad y el exceso de su aroma, al final se mimetiza con mi olor natural y no lo siento…por años he usado los mismos, siempre ácidos (…como yo???...) o con toque de sándalo y bergamota…entre los favoritos esta Armani, de G.Armani, que es un clásico…L’Eau, de I. Miyake, que uso actualmente…Kouros, de Y.S.L, que me acompaño por años…algunos de Chanel y otros tantos de Dior…pero sin lugar a dudas el olor que me mata es el que posee un Agua de Colonia Fa, con extracto de limón y bergamota, que en verano es una delicia en la piel (… y que me recuerda el aroma de la piel de mi aya…) y la refresca durante horas, sin perder su fijación…

…nunca he tenido al necesidad imperiosa de andar pasado a perfume todo el día, no es un tema que lo haga por opción personal, sino más bien por mandato externo (…lo mismo me pasa con producirme a diario, no lo hago por un efecto de exaltación de ego, sino por sentimiento de culpa por no hacerlo…) ni tampoco me muero por no tener un frasco de perfume distinto cada mes…soy feliz con agüita, jabón (en especial de limón, loto o manzana) y una buena Agua de Colonia, que tenga rica permanencia en la piel…y jamás caería en la estupidez de decir me puede faltar de todo, menos un buen perfume…eso es demasiado middle class emergente!!!!...

…cuando días atrás pase por una conocida tienda por departamentos y sentí el olor a salvia, sándalo y bergamota en el aire...me recordé de los olores de la Toscana y la campiña del sur de Italia (…mi placer culpable…) y no medió filtro entre el deseo de olerlo y comprarlo…así que heme aquí, siéndole infiel a mi clásico japonés con un español recién llegado, que logra revolucionar mis sentidos…

…definitivamente, los europeos son mejores para disfrutar la infidelidad…o no???...

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